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En primer emplazamiento, se considera apropiado empezar nuestras oraciones a la Virgen del Carmen reconociéndola como Madre de Dios. Este agradecimiento subraya su conexión directa con la divinidad y fortalece nuestra Certidumbre en su intercesión.Esto viene a coincidir con la información proporcionada por el archivo del Monasterio Carmelita de